sábado, 15 de junio de 2013

El Expresionismo

"El Grito" de Munch
    El siglo XX fue una época de grandes cambios. Los inventos tecnológicos, los nuevos conocimientos científicos y humanísticos y todos los hallazgos y descubrimientos implicaron cambios sociales, económicos y culturales que obligaron al hombre a pensar de forma diferente.

    Sin embargo, no todos estaban satisfechos con esta modernización, pues claramente tenía un lado negativo. Éste, unido con las situaciones de guerra (antes, durante, entre y después), fue el contexto que envolvió la explosión de las vanguardias artísticas.

    Se conocen como vanguardias las corrientes que buscaron reinventar el arte, confrontando los movimientos anteriores y creando una nueva visión de éste. Se dividió en muchas  tendencias, siendo una de las primeras el expresionismo.
"El Jinete Circense" de Kirchner

    El expresionismo surgió en Alemania y, más que un estilo con rasgos en común, fue una nueva forma de interpretar el arte. Los expresionistas pintaban desde lo subjetivo, lo fantástico y lo irracional, queriendo representar con esto la esencia de las cosas, es decir, lo que no puede verse, sino solo sentirse.

    En el expresionismo se veía la realidad desde el interior del artista, siendo los sentimientos y las emociones mucho más importantes que lo que captaba el ojo humano. Como su nombre lo dice, la idea era expresarse, generar una impresión en el espectador y criticar la pérdida moral que se evidenciaba en el ser humano.

    Muchos lo categorizan como un arte pesimista, otros simplemente como realista, pero lo cierto es que era completamente contrario al positivismo del impresionismo, que para ese entonces se convirtió en un arte superficial. Ante una realidad como la que se vivía, es normal que parezca hipócrita pintar colores vivos y escenas alegres.

"Los Grandes Caballos Azules" de Marc
    Los expresionistas terminaron con esto. Ellos no querían pretender que todo estaba bien y todo era bueno y bello, más bien, se alejaron del ideal de belleza para poder expresarse, y eso también es bello y no se puede juzgar. Con el expresionismo, un artista plástico se convirtió en lo mismo que un músico, un escritor o incluso un actor, pues ver sus obras era ver lo que pensaban, lo que sentían, lo que opinaban. El arte de este movimiento era como un diario abierto al público y no estaba hecho para agradarle a los demás, sino que su propósito se redujo a la simplicidad de su nombre: “expresarse”.

    “La pintura no tiene tres dimensiones, sino cuatro. La cuarta es una proyección de mí mismo” Oskar Kokoschka