sábado, 18 de mayo de 2013

El Logro del Neoclasicismo

"La libertad guiando al pueblo",
de Delacroix

    Siendo el arte una de las más bellas formas de expresión, no es difícil imaginarse que, en pleno Siglo de las luces, éste reflejara las ideas revolucionarias de la Ilustración. Esta es la principal característica del arte neoclásico, movimiento cultural que surgió en el siglo XVIII, como respuesta a la exageración y los excesos del Barroco.

    El Siglo de las luces iluminó al mundo entero con la creencia en el progreso, el espíritu liberal y racional, la fe en la inteligencia humana y el reconocimiento de los derechos del hombre. Se empezó a criticar el modelo político tradicional, la monarquía, en búsqueda de una sociedad más justa e igualitaria, y se tomaron como base los ideales de los ejemplos más significativos del buen funcionamiento de una república: las antiguas ciudades de Grecia y Roma.

"La despedida de Telémaco y Eucaris",
de David
    Es por este fundamento que surge de nuevo el gusto por la antigüedad clásica, de ahí el nombre de este período artístico. Sin embargo, al igual que en el Renacimiento, este gusto no es una copia, sino una interpretación. Importan de igual manera la claridad formal y la contundencia del mensaje, es decir, se imitan la racionalidad y el equilibrio pero, a diferencia del arte clásico, se busca causar una impresión en el espectador.

    Es necesario destacar que, durante este periodo, las Academias, encargadas de formar a los artistas, desempeñaron un papel fundamental en la difusión de los principios del arte antiguo. Tal vez es por esto que, a partir del neoclasicismo, no existieron más movimientos artísticos de dimensiones universales, pues, ante la presencia de una autoridad que regule el arte y exija ciertas normativas, es natural e incuestionable la existencia de aquellos que se rebelen a lo establecido.

"Saturno devorando a un hijo",
de Goya
    En mi opinión, eso es lo más importante que se logró con el neoclasicismo: el primer paso hacia la libertad del artista, la posibilidad de expresarse espontáneamente sin estar atado a cánones impuestos, la oportunidad de seguir el estilo que él desee, retomar uno antiguo, seguir el de su época o crear uno propio, y que la única finalidad del arte sea simplemente ser.