"La libertad guiando al pueblo", de Delacroix |
Siendo
el arte una de las más bellas formas de expresión, no es difícil imaginarse
que, en pleno Siglo de las luces, éste reflejara las ideas revolucionarias de
la Ilustración. Esta es la principal característica del arte neoclásico,
movimiento cultural que surgió en el siglo XVIII, como respuesta a la
exageración y los excesos del Barroco.
El
Siglo de las luces iluminó al mundo entero con la creencia en el progreso, el
espíritu liberal y racional, la fe en la inteligencia humana y el
reconocimiento de los derechos del hombre. Se empezó a criticar el modelo
político tradicional, la monarquía, en búsqueda de una sociedad más justa e
igualitaria, y se tomaron como base los ideales de los ejemplos más
significativos del buen funcionamiento de una república: las antiguas ciudades
de Grecia y Roma.
"La despedida de Telémaco y Eucaris", de David |
Es
por este fundamento que surge de nuevo el gusto por la antigüedad clásica, de
ahí el nombre de este período artístico. Sin embargo, al igual que en el
Renacimiento, este gusto no es una copia, sino una interpretación. Importan de
igual manera la claridad formal y la contundencia del mensaje, es decir, se
imitan la racionalidad y el equilibrio pero, a diferencia del arte clásico, se
busca causar una impresión en el espectador.
Es
necesario destacar que, durante este periodo, las Academias, encargadas de
formar a los artistas, desempeñaron un papel fundamental en la difusión de los
principios del arte antiguo. Tal vez es por esto que, a partir del
neoclasicismo, no existieron más movimientos artísticos de dimensiones
universales, pues, ante la presencia de una autoridad que regule el arte y
exija ciertas normativas, es natural e incuestionable la existencia de aquellos
que se rebelen a lo establecido.
"Saturno devorando a un hijo", de Goya |
En
mi opinión, eso es lo más importante que se logró con el neoclasicismo: el
primer paso hacia la libertad del artista, la posibilidad de expresarse
espontáneamente sin estar atado a cánones impuestos, la oportunidad de seguir
el estilo que él desee, retomar uno antiguo, seguir el de su época o crear uno
propio, y que la única finalidad del arte sea simplemente ser.